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La mayoría de los viajeros que se acercan a la provincia de Jaén se quedan gratamente sorprendidos al descubrir Baeza. No me malentendáis, no digo que la provincia jiennense sea fea o no tenga pequeñas joyas esperando a ser descubiertas; pero claro, tiene cerquita a una gran competidora como es Córdoba y la fama de los baezanos parece quedar relegada.

Pero eso pronto queda en segundo plano. Tras una carretera de extensos campos de olivos llegamos a uno de los pueblos renacentistas mejor conservados de España y con un enorme patrimonio por mostrar.

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¿Quién dijo que la provincia de Jaén era la menos bonita de Andalucía? Eso es porque nunca visitó Úbeda y Baeza. Un pueblo con encanto, con el color de la piedra natural y adornado por el verde de los olivos. Un pueblo con cultura y arte, que vio crecer a Machado y fue escenario de las aventuras del Capitán Alatriste; donde el esparto y la alfarería son un orgullo y el legado de sus antepasados. Un pueblo con un tesoro al alcance de todo el mundo; el elixir de la vida sana: el aceite de oliva (del bueno de verdad). Hoy os enseño qué visitar en Baeza.

¡ALLÁ VAMOS!

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Este suele ser el punto de inicio cuando los turistas se plantean qué visitar en Baeza. Es, de hecho, una de las plazas más importantes y emblemáticas de la ciudad.
Se encuentra totalmente rodeada por edificios de valor histórico que veremos a continuación y presidida por su famosa «Fuente de los Leones».

En el centro encontramos la famosa fuente, con forma de cuadrado con las esquinas curvadas. Está coronada por una estatua de Imilce, la princesa íbera. Hay varios estudios que indican que esta fuente se encontraba en Cástulo y que fue trasladada aquí posteriormente.

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LAS ANTIGUAS ESCRIBANÍAS

Un antiguo edificio del siglo XVI se ha transformado actualmente en la oficina de información turística.
En sus orígenes también tenía la función de ayudar al público, aunque de un modo diferente al actual y en dos plantas independientes: aquí trabajaban los encargados de registrar y validar documentos del pueblo; mientras que la parte superior era la audiencia civil.

Es importante por ser un edificio típico del estilo primitivo del renacimiento, conocido como plateresco; y en perfecto estado de conservación.

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La fachada tiene dos alturas, con un total de seis puertas adinteladas con el escudo de Baeza sobre ellas. La parte superior se separa de la inferior por una cornisa con leones recostados.
La parte superior tiene seis ventanas rectangulares, bajo ellas hay tondos con retratos de le época clásica.

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LA ANTIGUA CARNICERÍA

Justo al lado de este edificio se encuentran las Antiguas Carnicerías, un edificio de la misma época que las escribanías; concretamente del año 1547. Aunque originalmente no estaba ubicado aquí, pero fue trasladado aquí en 1964.

Este era el lugar que se utilizaba para vender la carne del pueblo; el matadero como tal se encontraba en otro edificio del que no se conservan restos.

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Como su edificio vecino, está dividido en dos alturas por un friso con objetos florales. La zona inferior tiene una decoración más simple como una puerta adintelada y tres ventanas con rejas. La parte superior está decorada con pilares cuadrados que, a su vez, sostienen el tejado.

En el centro encontramos el escudo de Carlos I, el rey que gobernaba en el periodo de su construcción.

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LA PUERTA DE JAÉN

Al otro lado de las antiguas escribanías se encuentra La Puerta de Jaén.

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Este era uno de los puntos de acceso a la ciudad más importantes de la ciudad; es por ello que, además, era uno de los mejor protegidos; aunque no es la puerta original, ya que Isabel la Católica ordenó destruirla y no se reconstruyó hasta 50 años después.

Está realizada con piedra de sillería, y como elementos decorativos vemos el arco apuntado y los escudos del emperador Carlos V, el escudo de Baeza y el del corregidor.

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Antes de dirigirnos al centro de la ciudad, no olvidéis pasar por la que, para mi, es la calle más bonita de Baeza; la calle Conde Romanones.

Es una callejuela estrechita con casas antiguas de piedra a ambos lados; con vistas al campanario de la Capilla de San Juan Evangelista al final del paseo.

En realidad, caminar por toda la zona antigua es una auténtica gozada.

Todas las calles tienen ese aspecto antiguo que le otorga la piedra y donde es un placer pasear.

En realidad, toda Baeza es así, pero esta calle tiene ese punto extra fotografiable que os encantará.

En el corazón de la ciudad encontramos la Plaza de Santa María, donde se conforma un espacio único gracias a algunos de los edificios más emblemáticos de Baeza que visitaremos a continuación.

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LAS CASAS CONSISTORIALES ALTAS.

Uno de los edificios que no se nos puede olvidar incluir en nuestra lista a la hora de visitar Baeza son las casas consistoriales altas.

El noble Don Gil Bayle Cabrera ordenó su construcción en el siglo XV. Aunque su legado hoy es muy importante, en su momento no fue un acto de buen vecino. Don Gil no tenía relación con sus vecinos ya que los consideraba inferiores así que, tras la construcción, colgó un cartel en la puerta que decía: «De río a río todo es mío».
No suena muy solidario, ¿verdad?.

Como era de esperar, Don Gil no tenía herederos así que, tras su muerte, pasa a manos del consejo baezano y se convierte en Casa Consistorial.

Desde el año 1998 el edificio está cerrado y no se puede visitar su interior, pero eso no nos impide apreciar su maravilloso interior.

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FUENTE DE SANTA MARÍA

Uno de los elementos que más llama la atención en esta plaza es la fuente de Santa María. Aunque es una fuente, está realizada con forma de arco de triunfo; por lo que en ella vemos elementos arquitectónicos.

Fue construida en 1564, por lo que sigue un estilo renacentista. ¿Y cuál es el motivo de que represente un arco de triunfo? Nada más y nada menos que celebrar  que habían conseguido traer agua a la población de Baeza desde la Mina de la Celadilla.

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SEMINARIO DE SAN FELIPE NERI

Tras la fuente de Santa María se encuentra el Seminario de San Felipe Neri.

Este era el lugar donde se forman los futuros sacerdotes tras estudiar Teología; convirtiéndose en el centro de formación religiosa más importante de la Diócesis. Pero en el siglo XIX empieza a perder importancia y finalmente se utiliza de un modo diferente.

En el año 1993, se convierte en la Universidad Internacional Antonio Machado.

En cuanto al edificio en si, es un edificio rectangular con tres patios interiores. La puerta principal tiene un arco de medio punto como decoración, enmarcado en columnas toscanas. Como el resto de la ciudad sigue un estilo renacentista clásico, que ha convertido a Baeza en Patrimonio de la Humanidad.

En lo que hoy es la Catedral de Baeza, antiguamente se alzaba un templo romano pagano y años más tarde cristiano.

Como veis, Baeza no sólo tiene historia que se remonta al renacimiento. Nuestras raíces van mucho más allá. Pero la historia no termina aquí. Con la conquista árabe, se edificó sobre él una mezquita.

Con la llegada de Fernando III el Santo, y la reconquista definitiva, pasa finalmente a templo cristiano tal y como sigue siendo actualmente. Pero su belleza no era la actual. Como con todo lo bonito de la provincia de Jaén, Andrés de Vandelvira utiliza su varita mágica y adapta el edificio a la belleza del renacimiento del siglo XVI.

Para no hacer esta entrada demasiado larga no me extenderé mucho más con su descripción. Pero si sois amantes de la historia del arte y de la arquitectura, os recomiendo leer la descripción detallada de la catedral clicando aquí.

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Los reyes no hacían regalos de bodas tal y como los hacemos hoy (y menos los que hacemos la gente común jaja). Y es que precisamente nuestra siguiente parada fue eso, un regalo de bodas a doña Beatriz de Valencia Bracamonte de parte de Fernando el Católico.

El Palacio de Jabalquinto es, quizás el edificio más diferente y original de toda la ciudad. Su fachada muestra la creatividad de sus arquitectos: puntas de diamante, clavos de piña, lazos, pináculos, escudos, mocárabes.

En el primer cuerpo se encuentra la puerta bajo un arco recorrido por dos troncos con figuras humanas. El segundo muestra cuatro ventanas con columnas de mármol con los escudos del señor de Jabalquinto y su esposa.

A ambos lados del palacio vemos columnas y, sobre estas, un mirador.

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Una de las paradas que más me impresionó fueron las ruinas de lo que un día fue la Capilla funeraria de la familia Benavides.

De nuevo, de la mano de Vandelvira, se construye una Capilla, muy similar a la del Salvador de Úbeda.

Se crea así la bóveda baída más grande de Andrés de Vandelvira, decorada con motivos sobre la Resurrección de Cristo.

A finales del siglo XIX un terremoto destruye parte de la capilla, y años más tardes las tropas napoleónicas terminan de arrasar la parte que ya no se conserva.

Actualmente varios pilares de cemento y arcos metálicos sustentan la capilla; pero esto no impide disfrutar de ella.

Al contrario, le da un toque de mayor grandiosidad, dejando a la imaginación volar.

Allá por el año 1251, Fernando III ordena la construcción de una iglesia debido a las necesidades espirituales de la población en Baeza. Es así como se edifica una iglesia tardorrománica con planta basilical y tres naves separadas.

En el siglo XIX, durante la guerra, la iglesia pasa a convertirse en una cochera y se pierde la mayor parte de su estructura. Aunque posteriores excavaciones están consiguiendo sacar a la luz algunos de sus elementos originales. Aún así, merece la pena acercarse y echar un vistazo al pasado románico de Baeza.

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Hasta aquí nuestro viaje de hoy.

Como buena jiennense, no podía no recomendaros visitar una de las joyas que tenemos en nuestra provincia. Una ciudad que rebosa arte renacentista en cada poro y de la que seguro os enamoráis.

Nos vemos en la próxima entrada.

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

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