Si sois repetidores en este blog, o me conocéis un poquito, sabréis que cuando os recomiendo un destino es porque merece la pena.
Vale, lo reconozco, por ahora no hay ninguno que no me haya gustado; pero si hay una ciudad que no podéis perderos bajo ningún concepto, esa es Jerusalén.
Por suerte para nosotros (y los que viajaréis a Israel con los días contados); aunque es una ciudad grande, es posible visitar Jerusalén en un día.
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Jerusalén es misticismo brotando en cada poro de su antigua ciudad de piedra.
Es mezcla. De etnias, religiones y culturas intentado convivir en paz. Es curiosidad y respeto por aquello que no practicas ni crees, pero existe junto a ti. Es ese intento de comprensión por lo diferente a ti; y de agradecimiento. ¡Qué suerte tenemos de vivir en un mundo donde poder admirar y disfrutar las diferencias que existen en él!
Es su gastronomía, repleta de aromas de especias y sabor a garbanzo en cada una de sus variedades. Es el placer de viajar a otro tiempo, a otro mundo, a otra historia. Quizás la nuestra, quizás una muy diferente; pero que nos enseña la importancia del perdón.
Sabéis que cuando os recomiendo un destino es porque merece la pena. Por favor, no os marchéis de este mundo sin visitar Jerusalén.
Hoy os llevo conmigo, hoy vamos a visitar Jerusalén en un día.
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VISITAR JERUSALÉN EN UN DÍA
Lo primero que debéis saber sobre la ciudad es que es posible visitar Jerusalén en un día. Quizás no en su totalidad y profundidad, pero sí todos los puntos más importantes de ella.
Lo segundo, y más importante es que la ciudad está dividida en barrios. Cuatro para ser exactos: el barrio cristiano, el musulmán, el judío y el armenio. Todos se encuentran dentro de la Ciudad Vieja y cada uno está muy marcado por la personalidad de sus habitantes; por su forma de vestir, los olores de sus especias y los sonidos de la llamada a la oración.
Al ser una entrada larga, os he dejado justo encima un índice donde podréis ver todo lo que podéis visitar en Jerusalén en un día.
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BARRIO CRISTIANO
El primero de los barrios que encontramos es el barrio cristiano, en la zona noroeste de la Ciudad Vieja. Se puede acceder a el desde la Puerta de Damasco, la Puerta de Jaffa o la Puerta Nueva.
Actualmente es el hogar de cristianos, ortodoxos griegos, orientales, católicos romanos y cristianos etíopes.
En este barrio la principal atracción turística es la iglesia del Santo Sepulcro y algunas de las estaciones de la Vía Dolorosa . Esta iglesia abarca los lugares donde Jesucristo fue crucificado, donde murió, fue preparado para su entierro y finalmente, donde fue enterrado y resucitó.
También podemos encontrar la iglesia ortodoxa griega de San Juan Bautista (cuya cúpula es de plata), la iglesia luterana del Redentor y la iglesia de San Alexander Nevsky, justo al lado del Santo Sepulcro.
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¡Comienza nuestra aventura y el reto de visitar Jerusalén en un día!
Nuestro punto de acceso a la Ciudad Vieja de Jerusalén fue la Puerta de Jaffa.
También es conocida como Puerta del Amigo o Puerta de la Torre de David.
Es la única puerta situada en la zona occidental de la antigua ciudad y, por ello, una de las más transitadas. Es la puerta que da acceso a los barrios cristiano y judío. Además está presidida por el museo de la Torre de David.
Desde ella se accede también al zoco, y era el punto de partida que comunicaba la ciudad de Jerusalén con el puerto de Jaffa; de ahí su nombre. Era la puerta de entrada de los peregrinos judíos y cristianos, llegados desde todos los puntos posibles de Europa.
Es, sin duda, la puerta de acceso más famosa, desde la que parten los free tours. Como el resto de la muralla de la ciudad antigua, está construida con piedra tallada de gran tamaño en color arena. La entrada tiene una altura de unos 8 metros.
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Nos encontramos en la iglesia más importante del barrio cristiano de la ciudad y de todo Jerusalén.
La Iglesia del Santo Sepulcro es también conocida como la iglesia de las Anástasis. Es el lugar cristiano más sagrado de todo el mundo; esto os puede dar una día de su importancia y de que, si dudarlo, es uno de los lugares más visitados de Jerusalén.
La tradición cuenta que la madre del emperador romano Constantino, Helena, viajó en el siglo IV a Tierra Santa con la intención de identificar los lugares sagrados y construir en esos puntos iglesias para recordarlos. Según esto, consiguió encontrar la tumba de Jesús y la cruz.
Decidió ordenar la construcción de dos iglesias conectadas. Nos encontramos ante una de ellas. Aunque se consagró en el año 335, su estructura ha cambiado muchísimo debido a incendios, terremotos y a la destrucción por parte del hombre.
En su interior se encuentran cuatro de las estaciones de penitencia que se recorren a lo largo de la Vía Dolorosa. Sí, empezamos por el final, pero era la hora con menos turismo en su interior.
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Nada más entrar, veremos que la iglesia consta de varias capillas. Todas dispuestas desde una nave central.
Justo en la entrada encontraríamos la décima penitencia, donde se produjo el despojo de las vestiduras de Jesús. Le seguiría la estación de la subida al Gólgota, a través de unas escaleras que llevan al Calvario.
En el altar encontramos la piedra que cerró el sepulcro de Jesucristo y que marca el punto donde fue crucificado; correspondiente a la estación XII y, por último, el descendimiento (el lugar donde fue entregado a su familia cuando falleció), justo en la piedra de la Unción. Esto es lo primero que ve el visitante, una piedra del tamaño de una mesa, dispuesta en el suelo con varias lámparas colgando sobre ella.
Se dice que fue en esta piedra donde se preparó el cuerpo de Jesús para su entierro siguiendo los ritos de entierro judíos.
En el recorrido, podremos rodear la rotonda bajo la cúpula de más de 20 metros: el sepulcro de Jesús; y visitar la cripta de Santa Helena, el lugar donde se encontró la Veracruz.
El hecho de ser uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo desde el siglo IV, y que viajábamos en Semana Santa, nos hacía sospechar que habría mucha gente. Aún así, la experiencia fue sobrecogedora. La música, las velas y las zonas en penumbra te hacen conectar con esa parte más mística y religiosa de la iglesia.
Actualmente la iglesia tiene su control compartido entre griegos ortodoxos, católicos romanos y armenios; además de ortodoxos coptos, etíopes y siríacos.
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BARRIO MUSULMÁN
El barrio musulmán es el más grande de los cuatro barrios de la Ciudad Vieja. Se encuentra en la esquina noroeste y, además, es el más poblado (más de 22.000 habitantes).
Se puede acceder a él a través de tres puertas; la Puerta de Damasco, la de Herodes o la Puerta de los Leones. Existe una cuarta puerta en este barrio; la Puerta del Oro, que conduce al Monte del Templo pero se encuentra sellada.
En este barrio podremos visitar el Monte del Templo, donde se encuentran la Mezquita de Al-Aqsa, La Cúpula de la Roca y la Cúpula de la Cadena; las siete primeras estaciones de la Vía Dolorosa y el famoso Shuk de la ciudad.
Este barrio también alberga a la Iglesia de Santa Ana, el antiguo hogar familiar de Ana y Joaquín, los padres de la Virgen María.
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La mejor forma de sentir que estás en el Medio Oriente, o de que has retrocedido en el tiempo, es adentrarte en el bullicio de su vida cotidiana. Eso es justo lo que consigue el mercado de Jerusalén.
El «shuk» de la ciudad es un laberinto de estrechas y antiguas calles de piedra donde poder contemplar la vida de la ciudad y poder comprar algún recuerdo o productos artesanales. Aunque se encuentra casi en su totalidad en el barrio musulmán, ocupa alguna zona del barrio cristiano; uniéndolos así. Podréis encontrar el mercado abierto cada día excepto los festivos religiosos.
El mercado se «divide» en tres, aunque no es una división real; sino por los productos vendidos. El primer es el mercado de los carniceros, el segundo el de las especias y el tercero el de los orfebres. Los tres se sitúan en tres calles paralelas; siempre conectadas por callejones. Si os gusta probar nuevos sabores, no os podéis perder el zumo de granada recién exprimido, sus dulces (parecidos al turrón) o incluso comer en un puesto callejero un buen shawarma.
No os olvidéis de que estamos en la zona musulmana, ¡regatead antes de comprar! y, sobre todo, respetad las normas y costumbres locales, además de pedir permiso antes de tomar fotos de sus habitantes.
Jerusalén tiene la suerte de tener no uno, sino dos lugares emblemáticos que lo identifican. Uno es el muro de las lamentaciones y el otro es la Cúpula de la Roca.
Si vais a visitar Jerusalén en un día, este es uno de los lugares que incluir en la ruta si o si.
En la cima del Monte del Templo se sitúa La Cúpula de la Roca, una colina dentro de los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Fue construida en el 688-691 por el Califa Abd el-Malik. Aunque es uno de los monumentos más importantes de la ciudad, siento comunicaros que únicamente la podréis contemplar desde el exterior; ya que está prohibida la entrada.
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Como os decía, el acceso al recinto para los visitantes no musulmanes es posible, pero no cada día. Únicamente se puede visitar de domingo a jueves de 7.30 a 10.30 y de 12.30-13.30. Además los días de festividades musulmanas o periodos de tensión política tampoco es posible acceder a esta explanada.
Este lugar tiene un significado sagrado tanto para cristianos, musulmanes y judíos. Para los cristianos y judíos, este es el lugar donde Abraham ofreció a su hijo Isaac en sacrificio para demostrar su fe en Dios (por suerte, éste último le hizo para en el último momento).
Para los musulmanes, Isaac planeó el mismo acto, pero con su hijo Ismael.
Los tesoros que albergaba era algo también importante. Para cristianos y judíos, este era el lugar donde se guardaba el arca con las tablas de los diez mandamientos. Para los musulmanes, el santuario contiene la roca desde la que Mahoma fundó el Islam y subió al cielo.
Totalmente decorada con mosaicos en tonos azules que recuerdan a las iglesias bizantinas y una cúpula dorada (en sus orígenes de plomo)
que reluce desde cualquier mirador de la ciudad; este es sin duda uno de los puntos imperdibles si vais a visitar Jerusalén en un día (o en varios).
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Justo antes de empezar la Vía Dolorosa encontramos el lugar donde nació la Virgen María y el hogar de su infancia.
La casa de sus padres, Ana y Joaquín, se encontraba al lado de dos piscinas conocidas por sus aguas curativas. La iglesia actual es del siglo XII y, durante un tiempo, fue tomada por los musulmanas y convertida en escuela islámica.
La iglesia está construida en piedra, con ventanas y contrafuertes de diferentes tamaños.
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La vía dolorosa es el recorrido que siguió Jesús a través de las calles de Jerusalén; desde su condena hasta su crucifixión y muerte. En total 14 estaciones, registradas en los pasajes de la Biblia y que cuentan el calvario que vivió. (Las últimas cuatro estaciones se encuentran en el Santo Sepulcro, como os contaba al inicio de este post)
Actualmente, la Vía Dolorosa se presenta ante el viajero como una calle sinuosa y angosta, que se inicia en la Puerta de los Leones o de San Esteban hasta el Santo Sepulcro. Las calles, aún empedradas, y flanqueadas también por edificios del mismo material, nos hace sentirnos aún más cerca de este calvario, ya que debía ser muy similar a lo que vio Jesucristo mientras la recorría.
Para facilitarnos su identificación, las estaciones están señaladas por placas de mármol, capillas o señales.
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La primera estación marca el inicio del calvario, el lugar donde Jesús fue condenado a muerte por Poncio Pilatos. El lugar se encuentra cerca de la Puerta de los Leones y es conocido como la Fortaleza de Antonia. Aquí fue donde también fue coronado con la corona de espinas.
La segunda estación es donde se le da la cruz que llevará hasta el punto de su crucifixión. Aquí encontramos la Capilla de la Flagelación; el lugar donde los soldados azotaron a Jesús. La tercera estación es donde se cayó al suelo por el peso de la cruz. Se encuentra en una iglesia comprada por los armenios; justo en la entrada hay un relieve que representa el momento de la caída.
La próxima parada es la iglesia armenia de Nuestra Señora. Marca el lugar donde María vio a su hijo pasar. De nuevo en la puerta de la iglesia vemos una mosaico representando este momento. En la quinta estación se marca el lugar donde los soldados solicitan a Simón que ayude a Jesús a cargar la cruz. En la pared vemos una piedra totalmente lisa; se dice que Jesús dejó aquí su huella al apoyarse al descansar y los peregrinos repiten este gesto.
Pasamos a la sexta estación, donde Verónica limpió el rostro de Cristo con su velo, dejándolo impreso. Se dice que este sudario se encuentra en San Pedro del vaticano, guardado como una reliquia. La séptima estación es cuando Jesús cae por segunda vez. Se encuentra representado por una columna que marcaba la calle principal de la antigua Jerusalén.
Las últimas dos estaciones de la vía representan el lugar donde Jesús consoló a las mujeres que lloraban por él; representada por la iglesia griega ortodoxa, y donde Jesús cae por tercera vez. De nuevo representado con una columna romana, cerca de una puerta que conduce al patio frente al Santo Sepulcro.
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Es la hora de comer y reponer fuerzas para seguir con nuestro objetivo de visitar Jerusalén en un día.
Mientras en Nazaret nos esmeramos un poco más en buscar un restaurante; aquí nos dejamos guiar por el olfato y por la rapidez para no perder ni un segundo visitando la ciudad.
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DÓNDE COMIMOS EN JERUSALÉN
Que el envoltorio no os engañe.
Aunque a primera vista pueda parecer que un local cutre (y los comentarios en Tripadvisor no lo pintan mejor) os aseguro que la comida está muy rica.
Al Sultan es un híbrido entre puesto callejero y restaurante.
Siendo sinceros, lo elegimos porque era lo que más cerca nos pillaba en nuestra ruta; pero no nos equivocamos. La verdad es que el hummus estaba buenísimo (pedimos el normal y el que llevaba carne de pollo) y shawarmas de falafel exquisitos.
Seguramente habrá mil restaurantes mejores en Jerusalén, pero si estáis dentro de la parte antigua y no queréis perder mucho tiempo y comer bien, os lo recomiendo.
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BARRIO JUDÍO
El tercero de los barrios para visitar Jerusalén en un día, es el barrio judío. Uno de los barrios más pequeños, pero ha sido el hogar de los judíos desde el año 800 a.C.
Actualmente viven en él cerca de 2000 habitantes judíos.
En él hay numerosas tiendas, sinagogas y yeshivot (las escuelas para los estudios religiosos judíos). En esta zona es frecuente ver zonas con excavaciones; esto se debe a que hay varios niveles bajo el actual, donde se encuentran las ruinas de la antigua ciudad.
La atracción principal es el Muro de las Lamentaciones o Muro Occidental. Es la única parte que sobrevive del Segundo Templo original que había aquí. Es el sitio judío más venerado del mundo.
La otra parada es el Cardo Bizantino, la antigua calle principal que recorría la ciudad en el año 130.
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El lugar más simbólico de Jerusalén y del país es el muro de las lamentaciones.
Su nombre original en árabe, Mabka, significa muro del llanto; ya que es aquí donde los judíos se lamentan por la destrucción del antiguo templo.
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Según la historia, aquí se situaba el Monte del Templo, el sitio más sagrado del mundo para los judíos. Para ellos aquí fue donde se produjo la creación de Adán, donde Abraham ofreció a su hijo Isaac en sacrificio y donde se construyó el templo del rey Salomón, el primer templo santo.
Los romanos destruyeron estos templos a excepción de una sección del muro. Este es el muro de 485 metros que vemos actualmente y que, para los judíos es la conexión con ese antiguo templo.
Hasta el año 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, a los judíos no se les permitió orar en el muro. Incluso durante 19 años ningún judío pudo ingresar en la Ciudad Vieja, que estaba controlada por Jordania.
ALGUNAS CURIOSIDADES DEL MURO DE LAS LAMENTACIONES
✻ El muro está dividido en dos zonas; una para los hombres y otra para las mujeres (esta última de menor tamaño).
✼ Los hombres deben llevar kipá (os darán una antes de acceder) y las mujeres llevar los brazos y piernas cubiertos.
✻ No se puede acceder al muro el shabat.
✼ Existe una tradición judía en la que se puede escribir nuestros deseos en un papel, doblarlo y dejarlo en los huecos del muro.
✻ Una vez que un papel toca el muro, se convierte en un objeto sagrado y no puede destruirse. Dos veces al año los papeles se retiran y entierran en el Monte de los Olivos.
✼ No se puede dar la espalda al muro.
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El Cardo Maximus es el nombre de la vía norte-sur de las antiguas ciudades romana y bizantina que existían en Jerusalén.
Cardo significa corazón y, como bien dice su nombre, era el corazón de la ciudad. Era una carretera pavimentada de casi 23 metros de ancho que llegaba hasta la puerta de Damasco. Fue construido por orden del emperador Adriano aproximadamente en el año 130.
Años después el cardo, por orden del emperador Justiniano, se extiende hasta el Santo Sepulcro y la Puerta de Sión.
No sólo era una carretera de piedra, sino que además había columnas y galerías.
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BARRIO ARMENIO
El barrio armenio ocupa el espacio más pequeño de la Ciudad Vieja.
Para aquellos que no lo tengáis muy claro, los armenios son originarios de la zona de Turquía, Irán y las Montañas del Cáucaso.
Con la muerte de Jesús, se convirtieron al cristianismo e iniciaron las peregrinaciones a Tierra Santa y a establecerse aquí.
Dentro de este barrio podemos visitar la iglesia armenia de St James. Además encontraremos muchas tiendas de cerámica armenia (hecho a mano) y el museo con manuscritos y documentación de la historia del pueblo armenio.
El Barrio Armenio está construido en torno al Monasterio de Santiago, donde se encuentra el Patriarcado de Jerusalén de la iglesia Armenia.
Es una iglesia armenia del siglo XII con un santuario dedicado al hermano de Jesús, Santiago.
La tradición cuenta que fue decapitado y su cabeza permaneció en esta iglesia, mientras que su cuerpo se traslado a Santiago de Compostela de España.
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MONTE SIÓN
En las afueras de las murallas de la ciudad vieja, en el Monte Sión, se encuentra nuestra última parada en nuestro objetivo de visitar Jerusalén en un día.
El Monte Sión es un lugar de vital importancia en Jerusalén. Se menciona incluso en la Torá y, durante siglos, ha sido el símbolo que les recuerda y acerca a la tierra prometida. Incluso la palabra sionismo (el movimiento que busca restablecer la nación judía en Israel) recibe su nombre por este lugar.
Pues bien, en su interior, el Monte Sión guarda uno de los lugares más sagrados tanto para judíos, como cristianos y musulmanes; la tumba del rey David.
David fue el rey de los israelitas, tras su lucha contra Goliat.
El edificio tiene tres estancias; la primera es la entrada, que funciona como sinagoga y donde dicen que Jesús lavó los pies a sus discípulos en la última cena.
A nivel del suelo se encuentra la tumba (vacía) que conmemora el lugar donde se le dio entierro. Se encuentra cubierta por una túnica azul, con inscripciones hebreas. La sala tiene dos zonas, bien diferenciadas por un biombo de madera, para separar a los hombres de las mujeres como marca la tradición judía.
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En la parte superior se encuentra el cenáculo o sala de la última cena. Según la tradición, es el lugar donde Jesús celebró, valga la redundancia, su última cena con los discípulos.
Es cierto que este edificio es de la época de los cruzados, pero según las excavaciones realizadas, bajo él se encuentran los restos de la casa donde ocurrió este hecho.
El aspecto actual de la sala se debe a las construcciones realizadas en el siglo XIV, aunque mantiene elementos arquitectónicos y esculturales del periodo de las cruzadas.
Durante un tiempo, concretamente cuando Jerusalén se encontraba bajo el dominio otomano, esta sala funcionó como mezquita.
DÓNDE NOS ALOJAMOS EN ISRAEL
Alojarse en el centro de Jerusalén no es lo más práctico, ni lo más económico y mucho menos lo más cómodo.
Nosotros habíamos alquilado un coche para poder desplazarnos por el país libremente, así que el centro estaba prácticamente descartado.
Buscando un poquito en las afueras dimos con el alojamiento ideal para nosotros; un apartamento (con cocina, dos habitaciones y salón).
El hecho de estar alejado no era un problema, ya que teníamos aparcamiento justo en la puerta y estábamos a menos de 15 minutos de la Ciudad Vieja.
Me encantaría dejaros el enlace (ya que de verdad el apartamento era perfecto) pero el chico ha debido eliminarlo de Airbnb. Aún así os dejo una captura de pantalla de nuestra reserva para que podáis buscar alguno por la zona por si os interesa.
Había supermercados y la zona es muy tranquila y segura.
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Siento que esta sea una entrada tan larga, pero aunque es posible visitar Jerusalén en un día, son muchísimos sitios los que incluir en nuestra ruta. Eso sí, estoy segura de que con buen ritmo lo conseguiréis y visitaréis Jerusalén en un día sin problema.
Espero que la información que os dejo en esta entrada y las fotografías os sirva si decidís viajar a Israel, que os inspire en vuestro viaje y que os encante tanto como a mi.
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A mis compañeros de viaje, gracias por hacer posible visitar Jerusalén en un día e Israel en menos de una semana. Era un sueño para mi conocer el país y se ha cumplido.
Os espero mañana para descubrir Palestina y el Mar Muerto.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!
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