Los flechazos al viajar existen. Os lo aseguro. Y, como en el amor, son a primera vista.
Después pueden ocurrir dos cosas: una es que Eros no apuntase correctamente y, aunque esa flecha te rozó, ese «enamoramiento» se evapore. (El típico, «bah, no era para tanto»). La segunda es que este angelito con alas acierte de pleno y te cale hasta los huesos.
Esta servidora se encuentra en el segundo grupo. Desde que llegué a Grecia, me sentí embriagada del ambiente y de la belleza de la ciudad y, os confieso que sueño con volver a ella cada vez que alguien dice su nombre.
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¡Ay, el amor!
Allá por Octubre de 2019, cuando ese pequeño e invisible bichito llamado Covid ni existía ni se le esperaba y podíamos viajar con total libertad; Papito (como cariñosamente llamo a mi padre) me dijo que le apetecía viajar conmigo y me regalaba un viaje.
No le importaba dónde. Yo elegía destino.
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Y claro, una servidora que llevaba años soñando con la Acrópolis y posponiendo Grecia por viajes de mayor envergadura, no se lo pensó dos veces. Yo quería pasar, al menos, un día en la Atenas antigua.
Así que en Grecia nos plantamos. Yo con la ilusión de ver en directo lo que tantas veces estudié en mis años de Historia del Arte y mi padre con las ganas de su primer viaje fuera de España y Portugal (y con su niña, obvio).
Grecia nos espera para recorrerla, ¡espero que nos acompañéis en esta aventura!
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Hoy visitaremos:
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No hay otra forma de empezar a visitar Atenas. Lo mires por donde lo mires, tu mente y tu mirada se irán directas a la Acrópolis y al Partenón. Es la joya, no sólo de la ciudad, sino de todo el país. Viajar a Grecia y no visitar la Acrópolis es como visitar Italia y perderse el Coliseo, o la Torre Eiffel en Francia.
Es por eso que este primer día está dedicado a ella. Hoy pasaremos un día en la Atenas antigua. La de Pericles, la de los dioses, la de los grandes filósofos y la de las grandes historias.
Hoy viajamos al pasado. ¿Estáis preparados?
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LA ACRÓPOLIS
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Acrópolis en griego significa ciudad alta y, aunque parece que Acrópolis sólo hay una y está en Atenas; era muy habitual en las ciudades del país.
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En la zona más elevada de las ciudades, se construía in recinto amurallado que albergaba los edificios públicos y los templos aprovechando esta altura como zona de defensa.
La Acrópolis de Atenas no es diferente. En nuestra visita virtual recorreremos varios templos y edificios que se encuentran dentro de las murallas.
ORGANIZAR LA VISITA
Para visitar la Acrópolis tenéis dos opciones: comprar las entradas en la taquilla (con su correspondiente cola) u online (clicando aquí)
HORARIO: De Abril al 15 de Septiembre de 8:00 a 20:00. Del 16 al 30 de Septiembre de 8:00 a 19:00. El mes de Octubre de 8:00 a 18:00 y de Noviembre a Marzo de 8:00 a 17:00.
PRECIO: Si únicamente compráis la entrada para la Acrópolis son 20€ por persona, si incluís el Ágora, la Biblioteca de Adriano, el ágora romana y el templo de Zeus olímpico son 30€. Sale mucho más rentable así si vais estar en Atenas más de un día.
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EL TEATRO DE DIONISO
Nada más acceder al recinto nos encontramos de frente con el Teatro de Dionisio.
Se encuentra en una de las laderas de la montaña que conforma la Acrópolis. Se construyó en el siglo VI a.C y consiguió ser uno de los teatros más grandes de toda la Hélade, con una capacidad para hasta 19.000 espectadores.
Actualmente queda poco en pie del original, pero con un poquito de imaginación podemos hacernos una idea de la magnitud del teatro. Aún conserva algunos metros de grada con los asientos realizados en mármol.
El teatro se extendía por toda la ladera hasta casi alcanzar los muros de la Acrópolis. Una ciudad como Atenas no merecía un teatro de menor tamaño, estaba claro.
Aquí se representaban tragedias y comedias griegas de autores como Esquilo, Sófocles o Eurípides.
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Ahora los dueños del teatro son los gatitos, que pasan la mañana dormitando bajo el brillante sol heleno.
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ODEÓN DE HERODES ÁTICO
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Continuando nuestro paseo para llegar a la parte más alta de la antigua ciudad, nos cruzamos con el Odeón de Herodes Ático.
Este edificio debe su nombre al dirigente romano que ordenó su construcción en el siglo II a.C en memoria de su fallecida esposa.
Construido en mármol, su función era la de acoger actuaciones musicales; de hecho hoy en día se siguen haciendo gracias a la reconstrucción y restauración que se realizó hace unos años.
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A simple vista, veréis que tiene un aspecto muy similar al de un teatro griego, aunque en sus orígenes estaba cubierto con un techo de madera de cedro. Actualmente se siguen celebrando eventos musicales y teatrales, llegando a albergar a 6000 espectadores.
Y, aunque se puede ver (que no visitar) desde abajo: como una es experta ya en estas cosas os aconsejo tomar las fotografías desde arriba (es mucho más instagrameable )
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AERÓPAGO
La siguiente parada es la Colina de Ares (el famoso dios de la guerra), antiguamente conocida como Aerópago. Era el lugar donde se reunía el consejo de magistrados.
Actualmente no queda nada de este lugar, aunque desde aquí hay un mirador desde donde contemplar el Templo de Teseo, el barrio de Monastiraqui y la entrada a la Acrópolis.
Ya estamos a punto de cruzar y contemplar de cerca el Partenón, ¿estáis nerviosos?
Postdata: Tened cuidado en el Aerópago. La piedra está tan pulida de tantos visitantes que resbala muchísimo.
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¡Y llegó el gran momento! Pero antes te propongo algo. Cierra los ojos muy fuerte e imagina que el tiempo retrocede. Ahora mismo no hay problemas ni preocupaciones.
Ante ti se muestra un espacio impresionante, un paraíso digno de dioses. Cientos de mujeres griegas en procesión listas para dar sus ofrendas a Atenea; jinetes montando a caballo y realizando espectáculos.
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Ahora abre los ojos y, no pierdas de tu mente esta imagen. Por que sí, es cierto que la Acrópolis se encuentra en ruinas. Pero bajo tus pies, en ese mismo suelo, hace milenios ocurrían todos esos hechos que tu mente acaba de recrear.
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LOS PROPILEOS
Nos encontramos ante la entrada monumental al conjunto. Y, aunque como os decía antes, no tiene la monumentalidad con la que se creó en su día; aún conserva sus columnas y alguno de sus muros.
Este es el acceso a la ciudad alta de Atenas y, sabiendo lo que nos espera al cruzal el umbral (no sé vosotros) pero yo estoy temblando de emoción.
Los propileos se construyen entre los años 437 y 432 a.C por orden de Pericles para sustituir y engrandecer a los anteriores. Les pilló la Guerra del Peloponeso justo un año después y no llega a terminarse. Aún así vemos los rasgos más característicos de ese periodo; columnas de orden dórico y jónico sosteniendo el rectángulo que forma el vestíbulo.
A ambos lados encontramos dos alas; la norte estaba decorada con pinturas, y el ala sur daba al templo de Atenea Niké.
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EL TEMPLO DE ATENEA NIKÉ
Dedicado a la diosa Atenea, es el edificio en mejor estado de conservación de toda la Acrópolis.
Mi parte favorita, no sé si por la luz que había en ese momento o por lo mucho que me impresionó. Es de orden jónico con columnas tanto en su parte posterior como anterior. Fue construido con intención de celebrar la victoria de Grecia sobre los persas en la batalla de Salamina.
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Aunque justo al pasar este pequeño templo, nos encontramos frente a frente con el Partenón; he querido dejarlo para el último lugar por todo lo que significa y pasaremos ahora visitar virtualmente el Erecteion.
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EL ERECTEION
Justo a la izquierda del Partenón encontramos este templo que, en sus orígenes, estaba dedicado a diferentes dioses.
De nuevo nos encontramos con un edificio de orden jónico, construido aproximadamente en el periodo de la Guerra del Peloponeso, antes de la derrota griega por los espartanos.
No se parece a otros templos ya que está formado por varios santuarios y porque aprovecharon la irregularidad del terreno para hacer su construcción. Dentro se guardaban reliquias antiguas y de importancia para el pueblo ateniense. Y, por si os lo preguntabais, recibe su nombre por Erecteo, un rey ateniense.
El Erecteión está considerado como uno de los templos más complejos y refinados de la arquitectura clásica; Karl Woermann decía: “jamás volvería a alzarse otro edificio griego más libre y original en el trazado, ni mas conseguido y delicado en sus distintas formas, que este doble templo del Erecteión.”
LAS CARIÁTIDES DEL ERECTEION
Pero vayamos a lo importante y por lo que todo el mundo se asombra al contemplar este edificio. Las cariátides.
Aunque es menos famoso que el Partenón, seguro que todo el mundo ha visto (al menos un vez en su vida) una imagen de ellas. No son otra cosa que columnas en forma de mujer, sosteniendo el pórtico del templo. Aunque ya se había utilizado este sistema de columnas en otros templos, este es el ejemplo más antiguo y mejor conservado. De ahí su importancia.
Las cariátides que vemos aquí son réplicas. Las originales se encuentran en el Museo de la Acrópolis, excepto una que fue robada y se exhibe en el Museo de Londres. Como muestra de esta afrenta, y en reclamo de que se devuelva a sus legítimos dueños, se ha dejado vacío el espacio que ocuparía esta sexta columna.
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EL PARTENÓN
Tú, intrépida de la aventura y de los destinos (muy) lejanos. Acostumbrada a que tus ojos vean maravillas naturales y alguna que otra construcción casi imposible de comprender.
Tú, little Tatiana, que has estudiado casi al detalle cada dato de este templo; que has hecho exámenes describiéndolo como si lo tuvieses delante y lo recorrieses cada día..
Y ahora que por fin estás aquí.. ¡no hay palabras!
Podría hacerme la intelectual y soltaros la parrafada sobre su construcción, sus fechas, sus materiales y sus curiosidades. Podría ponerme ñoña y escribir los versos más bellos (simulando a Neruda) de esta mañana. Pero mi realidad es que, al tenerlo frente a mi, me quedé muda y derramé alguna lagrimita de emoción.
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A día de hoy sigo sin entender a aquellos que dicen que se sienten decepcionados tras visitarlo. Que sólo son ruinas. ¿Sólo?
Este icono de todo el país, el principal reclamo turístico de Atenas, se construyó entre los años 447 a.C y 432 a.C. Dos mil quinientos años de antigüedad. (Casi nada, ¿eh?) Está dedicado a la diosa Atenea Partenos, deidad patrona de Atenas y fue construido por encargo de Pericles uno de los mejores políticos y generales de la ciudad que, además, embelleció la ciudad convirtiéndola en una de las más importantes del mundo entero.
En esa época, era habitual agradecer a los dioses los logros conseguidos. Es por eso que tras la victoria contra los persas en la Segunda Guerra Médica (sí, la del famoso Leónidas) no dudaron en agasajar a los dioses que, una vez más, estuvieron ayudándolos.
ALGUNAS CURIOSIDADES SOBRE EL PARTENÓN
- Su construcción se realizó sobre una estructura de un «pre-Partenón», un templo mucho anterior, dañado por los persas en el 480 a.C.
- Tiene forma rectangular.
- En su interior albergaba la estatua de Atenea realizada en oro y marfil.
- Es de estilo dórico.
- Tiene ocho columnas en sus lados frontales y diecisiete en los laterales.
- Su construcción se demoró únicamente 9 años.
- Originalmente estaba policromado en tonos rojos, blancos y azules.
Desde mi punto de vista, su belleza y su grandiosidad reside en su sencillez. A veces nos olvidamos de que menos es más. Y los griegos eran expertos en esto.
Es cierto que el paso del tiempo ha sido algo cruel con él; pero tenemos que tener en cuenta que ha sido atacado, bombardeado y expoliado por los británicos que se niegan a devolver lo que tantos años lleva Grecia reclamando.
Aunque va a paso lento, su reconstrucción nos permite viajar un poquito y vivir un día en la Grecia antigua. En esta reconstrucción se distinguen a la perfección los fragmentos originales y los añadidos para completar este grandioso puzle.
Dicen que antes de morir hay que escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Una servidora añadiría sentarse en silencio a contemplar el Partenón.
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Es casi la hora de comer, así que extasiados ponemos rumbo a nuestra siguiente parada.
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EL BARRIO DE PLAKA
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Uno de los barrios más bonitos de Atenas es el barrio de Plaka. Calles empedradas, paredes blancas, buganvillas rosadas y un ambiente tranquilo. ¿Qué más se puede pedir?
Es conocido como «el barrio de los Dioses» debido a su cercanía con la Acrópolis y está repleto de tiendas y sitios donde comer rico rico.
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LA LINTERNA DE LISICRATES
El primer monumento que encontramos, una vez entramos en Plaka, es la linterna de Lisicrates.
Lisicrates era un ciudadano ateniense adinerado que obtuvo el premio al patrocinador de la mejor obra teatral de la ciudad. En su honor se construyó este monumento para dejar constancia. Está datada en el año 334 a.C y el pavimento que veis alrededor de ella son originales.
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LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS RANGAVAS
La segunda visita de este barrio fue la iglesia bizantina de Nikólaos Rangavás.
Se contruyó en el siglo XI por la adinerada familia del propio Rangavás, que además habían construido años antes un conjunto palaciego.
Es una de las iglesias más utilizadas de Atenas para celebrar bodas ortodoxas.
Nosotros no pudimos entrar ya que se encontraba cerraba, pero según pude leer, dentro se encuentran los restos de un templo clásico y una campana que fue regalo de los vecinos; en honor a la liberación de Grecia tras la ocupación otomana en el año 1821.
Desde aquí empezamos a buscar un sitio donde poder hacer una parada (que aunque parezca que no; hemos caminado muchísimo) y el hambre empieza a hacer acto de presencia. Y sabiendo que lo que nos espera es una rica comida griega.. ¡no hay tiempo que perder!
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DÓNDE COMER EN EL BARRIO DE PLAKA
Me lo está pidiendo el cuerpo. A cada paso huele a especias griegas y, claro, el estómago se revoluciona.
Además, que lo confieso. Soy culpable. Cuando nos escapamos a Atenas, uno de los motivos era comer mucho y muy rico.
Para iniciarnos en la gastronomía ateniense decidimos comer en Taberna Ta Giouvetsakia: Se encuentra en pleno corazón del barrio de Plaka.
En mi caso pedí pan de pita con salsa de yogurt, queso feta, pepino y tomate. Un plato muy básico pero rico y fresquito para el día tan caluroso.
Es una gozada poder comer en un barrio tan bonito, cerca de todos los sitios de interés y a buen precio.
Mi padre, que no es tan amante de los sabores exóticos pidió calamares y le encantaron.
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EL ARCO DE ADRIANO
Levantado como monumento conmemorativo a Adriano para agradecerle la renovación que realizó en la ciudad; y es la puerta que separa la antigua ciudad griega de la zona romana.
Lo visitaremos más adelante, pero uno de los edificios construidos por el emperador fue la Biblioteca de Adriano.
Para los ciudadanos de Atenas, este arco era el símbolo de unión de la vieja Grecia con la nueva Roma. Es por ello que en el friso del arco aparecen escritas dos inscripciones, una a cada lado del arco.
Como os decía, marca la separación de las «2 ciudades». La parte del arco orientada a la acrópolis tiene una inscripción que decía: “Ésta es Atenas, la ciudad de Teseo”.
La otra parte del arco, orientada al barrio romano tenía una inscripción con la frase “Ésta es la ciudad de Adriano y no de Teseo”.
El arco está formado por (valga la redundancia) un arco de medio punto con dos columnas a ambos lados. Estas columnas están decoradas con capiteles corintios.
Sobre él hay una arcada triple, dividida por columnas y un frontón del año 130 d.C.
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EL TEMPLO DE ZEUS
Conocido como el Olimpeion, durante un periodo fue el templo más grande del mundo.
Una de las cosas que más debía impactar en su época, tal y como ocurre ahora, son sus proporciones. Cuando fue construido, estaba sostenido por 104 columnas de orden corintio distribuidas en sus 180 metros de largo y sus 40 de ancho.
Actualmente sólo quedan en pie 15 columnas, pero aún así, se puede adivinar lo impresionante que llegó a ser.
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EL BARRIO DE MONASTIRAKI
Pasamos ahora a visitar el segundo de los barrios más antiguos de la ciudad, junto con el de Plaka.
La plaza de Monastiraki es uno de los corazones de la ciudad; es el punto de partida de muchas visitas y donde los atenienses suelen reunirse. Ha sido zona comercial hasta nuestros días desde la ocupación turca y esto se nota.
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Sus calles están repletas de comercios y negocios donde adquirir souvenirs, tomar un café o comer con vistas a la Acrópolis.
En este barrio se encuentran algunos de los lugares que visitaremos antes de terminar el día, como la Mezquita Tzistarakis; situada frente a la estación de metro.
La leyenda cuenta que su construcción está maldita ya que utilizaron restos de edificios antiguos (como una de las columnas del Templo de Zeus). Cuando destruyeron esta columna con intención de utilizarla en la mezquita, se inició un brote de plaga en la ciudad.
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LA BIBLIOTECA DE ADRIANO
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El edificio más lujoso de Atenas en el siglo II d.C era la Biblioteca de Adriano.
Recibe su nombre ya que fue el emperador Adriano quien ordenó su construcción para guardar su inmensa colección de libros. El edificio contenía, además, una sala de lectura y un centro de reunión.
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IGLESIA PANAGHIA KAPNIKAREA
Caminando por la calle más comercial de Monastiraki llegamos a esta pequeña iglesia.
Está dedicada a la presentación de la Virgen María y es una de las joyas que se conservan del periodo bizantino. Tiene planta cruciforme y actualmente pertenece a la Universidad de Atenas. Está construida en ladrillo visto con la cúpula característica de este periodo, justo encima de un tambor en forma de octógono.
En el interior de la iglesia hay frescos del artista griego Fótis Kóntoglou. Aunque no son pinturas antiguas si no del siglo XX.
Se construyó sobre el antiguo templo de Deméter y estuvo a punto de ser destruida cuando el rey Otto I de Grecia quiso trazar un nuevo plan de la ciudad. Afortunadamente, el rey de Baviera intervino y se negó.
Deshacemos nuestro camino con el Ágora antigua y el Ágora romana acompañándonos. Las visitaremos mañana con más detalle. Ahora nos espera una cena y la Acrópolis iluminada al caer la noche.
EL CIERRE DE UN MAGNÍFICO PRIMER DÍA
Cómo somos los viajeros amantes de la comida, ¿verdad? No entendemos un viaje sin probar y disfrutar de la gastronomía del país. Y las expectativas sobre la cocina griega son altas, lo reconozco.
Para cerrar el día elegimos el restaurante Heliaia Monastiraki, un restaurante con platos típicos de la gastronomía griega y unas vistas a la Acrópolis para que la cena sea mucho más espectacular.
Aunque mi padre es algo delicado para comer (especialmente cuando lo sacas de su ABC de comidas) cenamos muy bien, el servicio es muy atento y nos encantó su tabla de quesos.
¡La mejor forma de terminar el día!
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Ha sido un día de lo más intenso, recorriendo cada detalle de la ciudad y empapándonos de la cultura griega. Pasear entre las ruinas de la Acrópolis es un sueño hecho realidad, el ambiente que se respira en el barrio de Plaka transmite alegría y buenrollismo y la comida es espectacular (tengo que reconocer que, además, cayó un yogurt griego con miel y nueces 🙂 )
Mañana nos espera otro día non stop. Visitando los museos para entender todo lo que hemos visto hoy; y disfrutando del foro y el ágora antiguos. Espero que nos acompañéis a seguir recorriendo Atenas.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!
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