Hoy visitaré Arequipa en un día.
Actualmente, Arequipa es una de las ciudades más importantes del país. Con una arquitectura colonial magnífica, donde resalta el uso del sillar blanco. Éste aporta un brillo especial que ha bautizado a la ciudad con el nombre de Ciudad Blanca.
Además, tiene el privilegio de ser la segunda ciudad más importante de Perú.
Cuenta la leyenda, que el cuarto inca Mayta Cápac viajó a la ciudad durante el siglo XIV. Cuando sus soldados, enamorados del clima, de las tierras fértiles y de la vida de sus calles, preguntaron si podía quedarse; él respondió en quechua: «Ari, quepay» (sí, quedaos).
Llegué a Arequipa a las 8 de la mañana después de pasar toda la noche en el autobús.
Ya os comentaba que las carreteras en Perú no son demasiado buenas y que la conducción no es mucho mejor; así que me despertaba continuamente y no descansé todo lo bien que hubiera querido. Aún así llegué con ganas de recorrer la ciudad, una ciudad que me encantó.
Nada más bajar del autobús hice un pequeño tanteo por las compañías para ver cuál elegiría para el viaje a Chivay, pero había tanta gente que decidí comprar el billete al día siguiente (un error por mi parte).
En la puerta de la estación tomé un taxi que por 8 soles (2,10€) me llevó a Plaza de Armas, desde donde caminé al hotel. Después de hacer el chek-in, descansé un ratito y, tras una ducha, me pongo en marcha. ¡Arequipa allá voy!
En mi camino a la catedral encontré un Starbucks y decidí parar a desayunar, un muffin de manzana y canela y un zumo de mango y maracuyá riquísimos por 15 soles (4€). Es curioso ver que en una cadena mundial como ésta, no encontramos los mismos sabores que en España, ¡y menos mal! porque descubrí un zumo riquísimo.
PLAZA DE ARMAS
Ahora sí estoy lista y, después de pasar por la oficina de información, me adentro en la Plaza de Armas. Llena de palmeras, jardines y bancos dispuestos en torno a una fuente central; la Plaza de Armas de Arequipa presume de ser una de las más bonitas y elegantes del país.
Delimitando esta plaza encontramos unos soportales bordeándola, salvo el flanco norte, presidido por la magnífica catedral, que nos llama a gritos para visitarla.
CATEDRAL DE AREQUIPA
Después de admirar su preciosa fachada blanca, entro en la catedral. La entrada cuesta 10 soles más 10 soles de propina obligada. En total 20 soles por una visita de casi dos horas donde me explicarán todo al detalle.
La historia de la catedral se remonta a 1544, cuando las autoridades municipales ordenan su construcción. Al ser una zona de alta actividad sísmica, esta antigua catedral sufrió numerosos daños, que supusieron su derrumbe cuando a estos terremotos se les unieron erupciones volcánicas y un gran incendio. La catedral actual, de estilo neoclásico, se inició en el año 1844; aunque en el año 2001 perdió una de sus torres por el gran terremoto que sufrió la ciudad. Actualmente la torre ha sido restaurada y reforzada.
El interior de la catedral tiene bóvedas altísimas y una mezcla de culturas ya que el altar mayor es de mármol italiano, la lucerna es española, el órgano (que presume de ser uno de los más grandes del continente) llegó desde Bélgica y el púlpito de madera se talló en Francia.
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En la visita también está incluida la subida a las torres, desde donde disfrutaremos de una maravillosa vista de la ciudad, de la Plaza de Armas y del paisaje, donde destaca el volcán Misti.
MONASTERIO DE SANTA CATALINA
Desde aquí me pongo en camino a uno de los sitios más bonitos de la ciudad, el monasterio de Santa Catalina.
Es quizás el edificio más famoso de la ciudad, y no es para menos ya que es uno de los monumentos religiosos más importantes de Perú y uno de los conventos más grandes del mundo.
Fundado en 1579 y construido como una pequeña ciudad dentro de Arequipa. Actualmente ocupa unos 20.000 metros cuadrados ya que su superficie fue ampliada en el siglo XVII. Su distribución es similar a la que tuvieron los primeros barrios de la ciudad de Arequipa, calles pequeñas y callejones estrechos. Esto es uno de sus principales atractivos que, junto a sus llamativos colores, lo convierten en una visita imprescindible y en el paisaje idóneo para los amantes de la fotografía.
Aunque el área norte del complejo sigue estando habitada por monjas, el resto del convento es visitable. La entrada cuesta 40 soles por persona (unos 11€) y, una vez dentro, podemos contratar un guía para recorrerlo.
Entre estos muros han vivido más de 450 monjas durante unos 400 años, totalmente apartadas del mundo. En el interior vemos hornos para poder cocinar sus alimentos, pequeños huertos y todo lo necesario para evitar salir al exterior.
Sigue un estilo con una clara influencia española pero con la mano de obra indígena, consiguiendo así una fusión muy original.
La visita incluye un recorrido por las celdas donde vivían las religiosas, las capillas donde recaban, sus cocinas privadas y la común; los claustros y el lugar donde velaban a las monjas difuntas.
En algunas ocasiones también se puede visitar la magnífica biblioteca, aunque no fue mi caso.
La historia del convento fundado por María de Guzmán ha llamado la atención tanto de ciudadanos como de turistas. Las novicias eran reclutadas con unos criterios cuestionables, entraban más por su fortuna que por su devoción religiosa.
Al ser de familia rica e ingresar sin demasiada vocación, no se tomaban demasiado en serio el voto de castidad; muchas de estas chicas tenían esclavos y criadas a su servicio.
La vida alegre traspasó los muros del convento y llegó a oídos del papa Pío IX, que decidió poner orden; desde entonces se volvió más sobrio, aunque siguió con ese «misterio».
DÓNDE COMER EN AREQUIPA
En el punto de información turística me recomendaron un restaurante llamado Tipika, a unos 15-20 minutos caminando del centro.
La carta es muy variada y me decanté por probar varias cosas.
Una sopa de pollo, una ensalada de habas y queso, chancho y el plato típico de Arequipa: rocoto relleno (un pimiento picante relleno de carne horneado). La comida (con bebidas incluidas) costó 98 soles (26,5€).
IGLESIA DE LA MERCED
Tras reponer fuerzas, pongo rumbo a la iglesia de la Merced, cuya entrada es gratuita.
Su construcción se inició a mediados del siglo XVI y terminó en el año 1607.
El interior es muy sobrio pero con cuadros referentes a la Virgen de la Merced y a la aparición de la Virgen. Después de esta visita intenté ir al Museo Arqueológico pero estaba cerrado, desconozco si es algo permanente o es por la fecha en la que fui; al estar muy cerca os recomiendo que intentéis ir por si está abierto.
EL MUSEO DE SANTUARIOS ANDINOS
¡Y por fin llega El plato fuerte del día (junto al monasterio)!
El museo de Santuarios Andinos o Santuary (en la Universidad Católica de Santa María de Arequipa). Es una visita imprescindible en la ciudad, ya que expone a la famosa momia Juanita, la dama del Ampato.
La entrada cuesta 20 soles, pero si sois estudiantes os costará la mitad, 10 soles por persona (si decidís contratar guía, al final de la visita tendréis que pagar una propina obligatoria).
Yo decidí hacerlo por mi cuenta. Había investigado un poco sobre la historia y preferí ir por libre. Nada más llegar me dicen que Juanita está en proceso de conservación y restauración que realizan cada año, así que no podré verla, pero a cambio veré a Sarita.
La visita comienza con un vídeo de unos 20 minutos en una sala donde hace un frío horrible (te obligan a dejar las mochilas y cámaras en una taquilla porque las fotografías están prohibidas, así que ¡coged una chaqueta!)
En el vídeo cuentan la historia de Juanita, de su descubrimiento y de cómo se convirtió en la Dama del Ampato. Pero ¿quién era Juanita?
Juanita es el nombre con el que se conoce al cadáver congelado descubierto en el año 1995 en en nevado Ampato (en la cordillera de los Andes); era una niña inca de unos 12 o 13 años escogida para ser sacrificada y ofrecida al volcán Sabancaya como ofrenda para que las erupciones del volcán pararan, ya que estaban estropeando los cultivos y la ganadería.
Mientras ascendía los 6200 metros de altura del Ampato, la sometieron a un riguroso ayuno que se suspendió el día anterior a su ofrenda, cuando pudo comer alimentos compuestos únicamente por vegetales y pudo beber hierbas y coca para prepararla para una muerte dulce y placentera. Tras este ritual y ser acomodada por dos sacerdotes, sufrió un golpe mortal en la sien derecha.
La importancia de esta momia reside en que no necesitó un proceso de momificación artificial, sino que conserva todos sus órganos intactos debido al congelamiento glacial del Ampato.
En el museo podréis ver todos los objetos con los que fue enterrada (prendas, joyas, alimentos, cerámicas). Finalmente se encuentra a la urna con la niña momificada.
Es increíble poder verla así, en la atmósfera que se crea gracias a la oscuridad y al silencio del museo y ver que prácticamente está intacta y que fue sacrificada pensando que así un volcán dejaría tranquilo a su pueblo.
IGLESIA DE LA COMPAÑÍA
Con una sensación extraña en el cuerpo me dirijo a la Iglesia de la Compañía, un ejemplo más de la arquitectura mestiza cuya construcción se inició en el año 1590 y se prolongó unos cien años.
Empieza a oscurecer y la Catedral se ilumina.
Es el momento de echar un vistazo a la Plaza de Armas antes de tomar rumbo al mirador de Yanahuara, desde donde hay vistas de toda la ciudad y del volcán Misti. Podréis ir caminando o en taxi, pero el camino merece la pena.
El día termina con una cena en uno de los restaurantes de la zona, que además es uno de los más conocidos y recomendados por turistas, La Nueva Palomino; del que no me marché sin volver a probar el rocoto relleno y algunas delicias como el chupe de camarones o el soltero de queso.
La Ciudad Blanca me da las buenas noches.
Arequipa es un pueblo de coraje que ha sabido superarse, que ha aprovechado sus recursos naturales para engalanar sus plazas y convertirse en una de las ciudades más bellas de Perú. Esto sumado a su eterno azul cielo y a lo majestuoso de los paisajes que desde ella se contemplan la convierten en una parada perfecta.
Una ciudad que enamora también por el estómago; con platos propios que son las delicias de cualquier comensal y con picanterías que atraen hasta al más delicado.
Una ciudad catalogada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, Arequipa, cuna de personajes notables y una ciudad que os encantará.
Nos vemos mañana en mi camino a Yanque y Chivay, ¡no os lo perdáis!
¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!
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