Córdoba es una ciudad rebosante de luz y colorido.
Una ciudad que te invita a recorrer sus laberínticas calles e impregnarse de las culturas que un día la habitaron.
Córdoba son pequeños detalles difíciles de describir. El olor a azahar al pasear por sus estrechos callejones, el color de las flores que colorean sus rincones; su rica gastronomía y esa maraña de piedra y naranjos que conquistan a todo aquel que la visita.
Hoy os llevo conmigo a mis rincones preferidos de Córdoba, para que la conozcáis en un día.
¿ME ACOMPAÑÁIS?
Junto al Guadalquivir encontramos a la ciudad que en su día fue capital de la provincia romana Bética.
Cuna del romano Séneca, del musulmán Averroes y el judío Maimónides y capital del Emirato Independiente y del Califato Omeya de Occidente.
Ciudad de residencia de los Reyes Católicos y, por supuesto, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Visitarla es entender el lenguaje de los poetas, y comprobar que los adjetivos que se le adjudican no la desmerecen en absoluto.
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A pesar del paso del tiempo, Córdoba sigue siendo una ciudad milenaria y su conjunto histórico puede recorrerse fácilmente en un día.
Hoy os propongo un día recorriendo mis rincones preferidos de Córdoba. La Córdoba romana, la califal, la renacentista y la medieval; la Córdoba actual que ha sabido unir todas sus edades y mostrar lo mejor de cada una.
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MIS RINCONES PREFERIDOS DE CÓRDOBA
- El Alcázar de los Reyes Católicos
- La Mezquita de Córdoba
- La Taberna Bar Santos
- El Puente Romano y La Plaza del Triunfo
- La Judería
1. EL ALCÁZAR DE LOS REYES CRISTIANOS
Comienza nuestro día en Córdoba y tenemos una primera parada de lujo: el Alcázar de los Reyes Cristianos.
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Tiene su origen en el siglo XIV, cuando el rey Alfonso XI de Castilla ordena construir sobre el Alcázar andalusí este edificio de carácter militar. Es una fortaleza casi rectangular, de enormes muros de sillares y cuatro torres que rematan los ángulos. El interior se articula en torno a los diferentes patios, adornados con hierbas aromáticas, arboledas y flores exóticas.
Tras sus paredes, los Reyes Católicos pasaron algo más de ocho años.
Desde aquí se dirigió la campaña de la conquista cristiana de Granada y Colón pidió los fondos para su aventura marítima en 1486. También fue el lugar de nacimiento de la infanta doña María, futura reina de Portugal.
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Tras la Reconquista de Granada, los Reyes Católicos cedieron el Alcázar al Tribunal del Santo Oficio.
En esta época se realizaron reformas que le harían perder su carácter palaciego. Se acondicionó como cárcel, y se construyeron mazmorras y calabozos.
La Inquisición permaneció en el Alcázar hasta 1812, cuando se produjo la abolición por parte de las Cortes de Cádiz, y el edificio pasó a ser una cárcel civil y prisión militar. Desde el año 1955 es propiedad del Ayuntamiento de Córdoba.
La parte más impresionante del Alcázar es su conjunto de jardines situado en la primitiva huerta.
Actualmente ocupa un espacio de 55.000 metros cuadrados donde conviven palmeras, cipreses, naranjos, limoneros, acequias, fuentes y estanques que ofrecen un espectáculo visual principalmente en los meses de Marzo a Junio, cuando las flores hacen este lugar aún más espectacular.
2. LA MEZQUITA
A menos de cinco minutos caminando se encuentra «la niña bonita» de la ciudad.
Visitar la Mezquita es una lección magistral de Historia del Arte.
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EL PATIO DE LOS NARANJOS
Comenzamos con el Patio de los Naranjos. Con 130 metros de largo por 50 metros de ancho, recibe su nombre por las hileras, con 98 naranjos que se extienden a lo largo del espacio y que fueron plantados a finales del siglo XVII.
Tiene su origen en el año 786, cuando se construyó como patio de abluciones frente a la sala de oraciones.
Con el tiempo, y debido a las remodelaciones y ampliaciones de la mezquita, fue ampliando su tamaño en el siglo X.
EL INTERIOR DE LA MEZQUITA
Ya en el interior observamos el conocido como bosque de columnas que conforman la Mezquita.
La entrada cuesta 8€ y sólo se aplica descuento a niños y residentes de Córdoba.
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El precio quizás es algo elevado al no presentar descuentos a estudiantes o a miembros de la Unión Europea, aún así pisar Córdoba y no visitar la Mezquita es un delito.
Las obras comienzan en el 785 sobre la antigua basílica de San Vicente, una basílica martirial del siglo VI de la que aún quedan algunos restos.
En la época en la que Córdoba era capital del Al-Andalus, la Mezquita llegó a considerarse el santuario más importante de todo el Islam Occidental. Abderramán I se inspira en la Mezquita de Damasco y dota al edificio de un patio de abluciones y una sala de oración; pero con influencia del arte hispanorromano alternando el ladrillo y la piedra en los arcos y reaprovechando materiales de la derruida San Vicente.
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Con Abderramán II, llega una etapa de prosperidad y se realiza la primera ampliación.
Se repiten el esquema anterior y se prolonga el patio, donde se construirá el alminar. Alhakén II, realizará una ampliación tan rica y original que la Mezquita de Córdoba sustituirá a la de Damasco como modelo de referencia.
Se utilizan materiales traídos expresamente para la obra y serán arquitectos y artistas bizantinos los que la realicen.
Se realizarán los mosaicos realizados en el mihrab. Almanzor realiza la última ampliación, añadiendo ocho naves en el lado este y ampliando el
patio, sin embargo copia la estructura anterior y abarata costes.
Al llegar la reconquista de Córdoba, se introducen símbolos cristianos en el interior y, en el siglo XVI se inician las obras de la Capilla Mayor, el Crucero y el Coro; un sacrilegio para muchos y un acierto de unión de ambas religiones para otros. Sea como fuere, la Mezquita ofrece todo un espectáculo visual.
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UN ALTO EN EL CAMINO
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Hacemos una parada técnica para recargar fuerzas; y no podría ser en otro sitio que en la Taberna Bar Santos.
Se sitúa justo frente a la Mezquita y no cabe duda de que son expertos en tortillas. Llevan más de cinco décadas abiertos y se enorgullecen de hacer la tortilla de patata más grande de España.
El local es muy pequeño, de hecho todo el mundo suele comer fuera, en los muros de la Mezquita con las mejores vistas posibles de la ciudad.
Un platito de su especialidad junto a un salmorejo bien rico es la mejor forma de recargar energías.
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4. EL PUENTE ROMANO Y PLAZA DEL TRIUNFO
Con la barriga llena y a tan sólo unos pasos de la Mezquita llegaremos a la Plaza del Triunfo; donde un arco nos enseña unas vistas del puente del puente romano que nos invita a cruzarlo.
El Puente Romano es uno de los monumentos cordobeses que más ha contribuido al desarrollo de la ciudad.
En el siglo I era el único punto por el que se podía cruzar el Guadalquivir sin embarcación. Para los cordobeses es un símbolo de la ciudad y forma parte de una de las estampas más bonitas de Córdoba. Mide 331 metros distribuidos en 16 arcos de piedra.
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Durante la reconquista se le añadieron los extremos de la Torre de la Calahorra y la Puerta del Puente. La más transitada en la Córdoba antigua para cruzar las murallas.
Además se encuentra enclavado en medio de una pequeña reserva natural, los Sotos de la Albofalia, donde anidan varias aves en peligro de extinción además de algunos molinos y la noria de Albofalia.
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A mitad del puente, encontraréis una escultura de piedra del Arcángel San Rafael (patrón de la ciudad). La ciudad decidió honrar a su patrón con esta escultura tras una epidemia de peste.
Este es uno de mis rincones preferidos de Córdoba ya que cambia en función al momento del día en el que lo visitéis. El color es totalmente diferente al atardecer y la iluminación al anochecer es preciosa.
¿SABÍAS QUE..
en 1492, Isabel la Católica ordenó desmontar la rueda ya que el ruido que producía le impedía dormir?
5. LA JUDERÍA DE CÓRDOBA
Sin duda, uno de mis rincones preferidos de Córdoba es el barrio judío o Judería.
Aunque su origen es romano, durante muchos siglos en este barrio convivieron cristianos, judíos y musulmanes. El trazado es totalmente islámico, por lo que se caracteriza por callejuelas estrechas dispuestas en forma de laberinto.
Es quizás esto lo que lo hace tan especial y mágico y lo que te transporta al pasado más califal de Córdoba.
Dentro de la Judería hay algunos puntos muy interesantes, como la Sinagoga. Es una de las tres únicas sinagogas que se conservan en España (¡y con entrada gratuita!); la Casa Andalusí y el Zoco Municipal (la Mezquita y el zoco son, sin duda, mis lugares preferidos de Córdoba)
También en la Judería se encuentra la Calleja de las Flores, la típica calle cordobesa de paredes blancas llenas de macetas y flores.
Otra de las calles imperdibles es la Calleja del Pañuelo (la calle más estrecha de la ciudad)
y, sobre todo, la Calleja del Salmorejo Cordobés. La ciudad se siente muy orgullosa de ser la creadora de este maravilloso plato (no os podéis marchar de Córdoba sin comer un buen salmorejo) o la calle de la Hoguera.
6. LA SINAGOGA DE CÓRDOBA
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Cuando Alfonso X el Sabio reinaba, se concedieron terrenos a los judíos para construir su Sinagoga.
En el siglo XIV empiezan las obras y con ellas las quejas del pueblo cordobés. Las protestas llegan a tal punto que se emite una bula para destruirla. No fue hasta años después cuando se demolió y, tiempo después, se construye otra en la misma ubicación aunque de menores dimensiones, que es la que se conserva actualmente.
La entrada es gratuita y sólo se puede acceder a la parte inferior, que ha perdido prácticamente la totalidad de su decorado; sin embargo, la parte superior se conserva en casi intacta mostrando una rica decoración en yesería.
Una vez finalizada nuestra visita a la Sinagoga y de nuevo en la calle, llegaremos a la plaza de Maimónides, donde podremos apreciar la imagen del famoso judío que hizo aumentar la fama de Córdoba.
7. EL ZOCO
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8. LA MURALLA
texto muralla
COMER EN CORDOBA
10. MUSEO JULIO ROMERO
TEXTO MUSEO JULIO
11. TEMPLO ROMANO
Por último, para terminar el día, os recomiendo pasar por la Plaza de la Corredera y disfrutar de las vistas mientras tomáis algo.
Me encanta Córdoba!