Detenerse, tomar aire y escuchar.
La montaña intenta hablar. No cabe duda. Tras la caminata en ascenso a través de grandes rocas, te das cuenta de que este paisaje cuenta una historia que espera ser escuchada. Hay memorias en cada susurro del viento. Cada colina, cada piedra y cada arbusto son algo más que simple naturaleza.
Y es que hay lugares que consiguen abrirse camino dentro del alma y nos deleitan los sentidos con sólo existir. No tiene por qué ser el lugar más bonito del mundo o el más monumental pero .. de alguna manera deja una huella invisible pero inolvidable en aquellos que los visitan.
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Y esto ocurre con una de las que suelen ser las primeras paradas en Sri Lanka; Pidurangala Rock.
Ante nosotros se presenta una roca regia, enorme y espléndida. ¿Cómo no sentirse abrumada antes de iniciar el ascenso? Pero una vez lleguéis arriba este sentimiento cambia por uno de conexión y paz imposible de explicar.
No hace falta practicar el budismo para conectar con todos aquellos que han pisado este mismo lugar. Con sus emociones y la libertad que se vive en su cima. No importa la fe, Pidurangala Rock es especial.
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Sí, sé que esta entrada comienza más poética que de costumbre; pero un pedacito de mi corazón se quedó en Sri Lanka tras subir a Pidurangala Rock.
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PRECIO: 500 rupias (entre 2,5 y 3€)
HORARIO: 5 am – 6 pm
CÓMO LLEGAR: El tuk tuk es el medio más cómodo si no tenéis driver privado.
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La subida empieza, como es lógico, en la base de la roca. El camino está muy bien señalizado por lo que es imposible perderse.
A los pocos minutos de empezar a caminar se encuentra el templo Pidurangala Sigiri Rajamaha Viharaya , no olvidéis que para entrar debéis descalzaros y taparos los hombros.
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CONSEJOS PARA SUBIR A PIDURANGALA
- Llevad calzado cómodo. El ascenso tiene tramos más complejos y las sandalias o zapatos que no os sean «confortables» no son nada apropiados.
- Es muy importante llevar agua suficiente. En el camino no encontraréis tiendas ni fuentes de agua potable y la caminata os dará mucha sed.
- Si vais a subir a primera hora de la mañana (para ver amanecer) o al última hora del día (para el atardecer) os recomiendo llevar una linternita o el móvil con suficiente batería para utilizar este gadget ;ya que habrá tramos en los que no veréis bien y el camino es peligroso sin luz.
- No olvidéis la crema solar si subís en las horas centrales del día.
- Aunque la subida es accesible para todo el mundo, es cierto que si no se tiene una buena condición física hay tramos en los que se hace muy difícil.
- Si subís en pantalón corto, deberéis llevar un pañuelo con el que taparos para poder entrar en el templo que hay en el ascenso.
- Nunca se puede dar la espalda a un Buda. En las esculturas que encontréis, recordad dar tres pasos hacia atrás antes de giraros en señal de respeto.
- Si no os atrevéis a subir solos, siempre podéis contratar un tour privado.
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Tras visitar el templo, comienza la ascensión.
La primera parte es bastante sencilla. Son peldaños de piedra algo irregulares pero sin mayor complicación. Este tramo dura unos 15 o 20 minutos. Pronto llegaremos a la primera parada, una escultura de un Buda tumbado de 12 metros de longitud.
Aunque, en general está en buen estado; algunas partes están reconstruidas. Entre ellas, la cabeza que fue robada por unos caza tesoros.
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A partir de aquí, el camino se complica más.
Hay que subir, a veces casi escalando con ayuda de las manos para llegar hasta la cima de la roca.
Las vistas desde la cima son preciosas.
Tanto el amanecer como el atardecer son los mejores momentos del día. Desde arriba se respira paz y el paisaje con la Lion Rock de fondo es una de esas imágenes que no olvidaréis jamás.
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Bajar es mucho más rápido y fácil. En unos 15 minutos estaréis de nuevo en la base listos para una nueva aventura en Sri Lanka.
Espero que esta entrada os ayude un poquito y que Pidurangala os guste tanto como a mi.
Nos vemos en la próxima entrada.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!
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¡Hola Tatiana! Muchas gracias por esta info, muy útil 😉