La caótica Nápoles

VISITAR LA CIUDAD NAPOLITANA EN UN DÍA ES POSIBLE

Y, aunque tú ya has desayunado, sólo piensas en la pizza que caerá en unas horas (o en otro brioche más), que para eso estás en Italia. En este rato las calles se han abarrotado de coches con su particular banda sonora a base de claxons. Alguna que otra vecina tiende su colada y otro camina estresado hablando por el teléfono a voces.

Esta es Nápoles. Un desorden continuo.

Esta famosa región del sur de Italia es así. Una ciudad intensa y con vida allá donde mires. Si. Así es la caótica Nápoles y hoy la descubriremos en un día.

Dicen que los napolitanos son temperamentales y de sangre caliente.

No os hará falta más de una hora en la ciudad para comprobar que esto es una realidad. Pero la caótica Nápoles no es únicamente conocida por sus habitantes; las mejores pizzas del país se encuentran aquí (de hecho presumen de ser los inventores de la pizza tal y como la conocemos hoy). Pero también es un recreo para la vista. La ciudad tiene un aire decadente , con edificios antiguos y plazas impresionantes, que no dejan indiferente a nadie. Es una ciudad de contrastes: o la amas o la odias; no hay término medio.

Para los que aún no la conozcáis, hoy os acerco un pedacito de mi experiencia en la ciudad.

¡Benvenuti a Napoli!

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La estación de metro hecha arte. El arte hecho estación de metro.

Aquí el orden de los factores no altera el producto. No importa cómo lo mires, nos encontramos ante un espectáculo visual único.

A 50 metros de profundidad, bajo los pies napolitanos se encuentra la estación de metro de Vía Toledo. Nombrada como la estación de metro más bonita del mundo por The Daily Telegraph (y no les falta razón).

Fue inaugurada en el año 2012 en la zona que comunica Vía Toledo con il Quartieri Spagnoli. Un contraste digno de ver.

Mientras que en el exterior encontramos el más absoluto caos: ropa tendida en los estrechos callejones, motos y coches haciendo sonar la bocina avisando de que cruzarán aunque te encuentres en su camino y grafitis por doquier; una vez que descendemos.. irónicamente el cielo se abre bajo nuestros pies.

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Una explosión artística nos recuerda por qué hemos incluido una estación de metro en nuestro recorrido.

En el techo, una geoda inmensa ilumina con luz natural el espacio. Aunque la realidad es que es una representación  del mar de la mano del arquitecto Óscar Tusquets Blanca.

¿Qué viene a vuestra mente cuando os nombran a la caótica Nápoles?

A mi las antiguas películas donde la mamma sale a la ventana a despedirse de su marido, con chaqueta y sombrero al estilo de la mafia; mientras ella tiende la ropa recién lavada. Pequeños restaurantes con manteles de cuadros sobre los que encontrar gigantes platos de pasta con albóndigas y tomate casero. Acompañado de una copa de vino de la casa, eso siempre.

Me imagino mujeres limpiando sus portales. Portales en calles muy deterioradas, pero con su particular encanto. Ese que te trae aires de recuerdo a Lisboa y Cuba.

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Pues amigos, ¡justo eso es lo que il quartieri spagnoli nos ofrece!

La esencia de la verdadera Nápoles, de la caótica Nápoles, se encuentra en este barrio. Un barrio cargado de historia y tradiciones que, durante mucho tiempo, se ganó a pulso la mala fama que ha arrastrado hasta hace poco; cuando los estudiantes se han adueñado de esta zona y el turismo a vuelto a sus calles.

El barrio donde un día se instalaron los militares de la armada española, es hoy uno de los puntos que no podéis perderos en vuestro recorrido por la ciudad.

Eso sí, ¡con los ojos y oídos bien abiertos para no cruzaros en el camino de una moto que va a toda velocidad!

Cambiamos de tornas y dejamos lo campechano atrás. Ahora la postal se vuelve bien distinta.

Nos encontramos bajo la galería comercial más famosa de la ciudad. Seguro que os trae al recuerdo la imagen de la Galería Vittorio Emanuele de Milán; y es que sí, son primas hermanas.

Fue construida en el año 1890 para intentar sanear una zona con bastante problemática. Todos los callejones que desembocaban en el Castel Nuovo desde Vía Toledo tenían muchos problemas de salubridad y eran considerados peligrosos. Así surgió la propuesta de esta galería de cuatro brazos cubierta con una cúpula.

Durante sus primeros años fue una revolución no sólo para Nápoles, también para las ciudades vecinas. Grandes firmas del mundo de la moda apostaron por instalarse bajo su cielo de hierro y cristal.

Actualmente no brilla tanto como lo solía hacer;

y tiene ese toque decadente que envuelve a toda la ciudad, pero merece sin duda la pena un visita. El suelo, tal y como ocurre con la galería milanesa; está decorado con mosaicos representando los signos del zodíaco.

No os descubro América cuando os digo que la Piazza del Plebiscito es uno de los lugares más bonitos de la ciudad (y lo que no podéis perderos bajo ningún concepto); pero repetirlo nunca está de más.

Esta fue una de mis paradas preferidas de todo el día (incluso repetí tres veces, ¡para que luego digan que no da tiempo a visitar la caótica Nápoles en un día!)

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Considerada por muchos como el corazón de Nápoles, aquí se encuentran algunos de los edificios más importantes de la ciudad. Durante mucho tiempo esta plaza era el lugar donde se celebraban todo tipo de celebraciones y donde se instaló el mercado de la ciudad. Aunque en el siglo XVII se construyen los edificios que vemos actualmente y define su espacio convirtiéndose en la plaza que hoy vemos.

Y ¿qué encontraremos en esta plaza?

BASÍLICA DE SAN FRANCISCO DE PAULA

Construida en el año 1846 por el Rey Fernando IV de Borbona para rememorar la reconquista de la ciudad en el lugar donde San Francisco había construido su convento.

Como habréis notado, se inspira mucho en el Panteón de Agripa de Roma, siguiendo un estilo neoclásico. Fuera se encuentran las estatuas de Carlos III de Borbona y Ferdinando I, realizadas por Antonio Canova.

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EL PALACIO REAL

El palacio real fue la residencia oficial de la familia real durante siglos. Fue construido siguiendo el estilo renacentista, por orden de Fernando Ruiz de Castro para recibir a Felipe III de España. Las malas lenguas dicen que él sabía que esta visita nunca se produciría, pero sus ganas de tener un palacio eran tan grandes que decidió contar una «mentirijilla piadosa».

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PALACIO DE LA PREFECTURA

Este palacio se construyó con la intención de alojar a los extranjeros importantes que visitaran la ciudad. Se ubica sobre un antiguo convento y sus obras comienzan en el siglo XIV. A su lado se encuentra el Caffè Gambrinus, uno de los cafés más antiguos de la ciudad que aún sigue en activo.

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PALACIO SALERNO

Se encuentra frente al Palacio de la Prefectura y tiene una estructura muy similar para que la plaza refleje armonía.
Fue construido para albergar a los cadetes reales. Actualmente es la sede de un organismo militar italiano.

En la época en la que Nápoles se convirtió en la capital del reino, surge este imponente catillo situado junto al mar.

Y como buen castillo que es, no le falta su foso, sus jardines y sus altas torres cilíndricas. En este caso cinco en total (la torre di San Giorgio, la di Mezzo, di Guardia, dell Oro y di Beverello). Tiene un Arco del Triunfo justo a la entrada que conmemora la entrada del rey Alfonso I en la ciudad.

Los napolitanos pueden sentirse orgullosos de su museo arqueológico.

Y no es para menos. Este es uno de los museos arqueológicos más importantes del mundo. Entre las paredes de este edificio se encuentran obras muy importantes del periodo grecorromano (especialmente de todo lo referido a los yacimientos de Pompeya y Herculano) y egipcio.

Su existencia se la tenemos que agradecer a Carlos III de Borbón. El propio rey ordenó la fundación del museo a finales XVIII. Pero su aportación no se limitó a la idea; también aportó parte de su colección de antigüedades, heredada de su madre, Isabel Farnesio.
Esta es la actualmente conocida como Colección Farnesio, una de las joyas del museo.

El museo se encuentra en un palacio del año 1585 que durante un periodo de tiempo sirvió como caballeriza y más tarde como sede la de universidad napolitana.

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Dentro de la caótica Nápoles hay un remanso de paz para los amantes del arte.

Nada más cruzar sus puertas se presenta ante nosotros una maravillosa colección donde predominan las esculturas grecorromanas y los mosaicos de las ciudades vecinas. Una visita imprescindible si venís a Nápoles. Podéis encontrar los horarios y comprar los billetes clicando aquí.

¿Y qué obras encontraremos dentro?

• La colección Farnesio: Para los amantes de la época clásica es uno de los principales atractivos del museo. Se trata de uno de los mejores ejemplos de coleccionismo del renacimiento. La colección la inicia Alejandro Farnesio, años después conocido como el papa Pablo III. Las obras más conocidas son el Toro Farnesio y el Hércules Farnesio.
• La colección pompeyana: Si tienes en mente acercarte a Pompeya tras tu visita a Nápoles, es casi de obligación pasar antes por el museo. Es aquí donde se encuentran todos los mosaicos y frescos más representativos. Los frescos se caracterizan por su fuerte colorido. Su obra más importante es el mosaico de la batalla de Alejandro Magno y Darío.
• El Gabinete secreto: La zona más peculiar de todo el museo; donde se muestran esculturas, frescos que adornaban el lupanar de Pompeya. Obviamente todas bastante subidas de tono.

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Esperad, esperad.

Antes de seguir hay que hacer un alto en el camino de lo más importante. Porque aquellos que viajan a Nápoles lo hacen sabiendo que van a probar las mejores pizzas de su vida. (Y bien baratas).

Y ya que estamos cerca del Quartieri Spagnoli, vamos a deshacer unos cuantos pasos. Ya los caminaremos de nuevo pero con la barriga bien feliz.
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Salsa de tomate bien roja, el blanco lo marca la mozzarella y, por último, el toque verde de la albahaca. Los italianos son unos artistas y plasmaron su bandera en el plato más universal que existe.

Si ya me lo decía mi madre, que la mayoría de veces «menos es más». Y no le faltaba razón. El refrán viene que ni pintado en lo que a pizza se refiere. La pizza más típica en Nápoles es la margarita; a las cosas bien hechas no les hacen falta muchos artificios ni florituras.

Y aunque me encantaría recomendaros la mejor pizzería de la ciudad, creo que los napolitanos lo ponen muy difícil. Es complicado encontrar una que no merezca la pena.

En mi caso elegí la Antica Pizzería Prigiobbo, una pizzería tradicional de toda la vida, donde incluso comió Roberto Benigni, el actor de La vida es bella.
También ofrece un entrante típico, la fritura italiana; aunque una servidora desde que se pasó al realfood no prueba los fritos.

¿Lo mejor? Además de su sabor y lo buena que está la masa, es el precio. Dos pizzas,  agua y una cerveza costaron únicamente 10,50.

Una vez que llegamos a esta plaza nos adentramos en el casco antiguo de la ciudad.

Es una de las plazas más importantes de la ciudad y presidiéndola podemos encontrar un obelisco de mármol. En esta plaza se encuentra la iglesia del Gesù Nuovo. Una iglesia del siglo XVI construida sobre el antiguo palazzo de Sanseverino.

Lo chocante de esta iglesia es el contraste de su exterior, que aún mantiene la fachada almohadillada, algo estropeado y viejo; con el interior, de estilo barroco y en perfecto estado de conservación.

Cerca se encuentran también la basílica de Santa Clara y la capilla de San Severo.

En el interior de la iglesia se encuentran varios frescos y esculturas de la escuela napolitana.

Cada ciudad europea tiene una atracción que suele llamar la atención de los que la visitan.

El lugar que no puedes perderte bajo ningún concepto; y si lo haces, tendrías que volver a la ciudad sólo para visitarlo. En Roma es el Panteón y el Coliseo; en París es la Torre Eiffel  y en Nápoles es la capilla de San Severo.

Aunque su construcción estaba pensada para ser capilla, actualmente funciona más como museo por la cantidad de obras de arte.

Me encantaría enseñaros alguna fotografía, pero no están permitidas. Además así os lleváis la maravillosa sorpresa de la primera impresión.

Podéis comprar vuestras entradas aquí y si os apetece saber un poquito más de su historia y sus esculturas, la encontraréis aquí.

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¿Por qué es tan importante la Capilla de San Severo?

Dentro se encuentra el cristo velado; una escultura de Riccardo Sanmartino, considerada una de las más grandes obras maestras de la escultura en el mundo. El artista consiguió el efecto del velo esculpido en mármol. De hecho, se creó el rumor de que utilizó alquimia para convertir la tela en piedra.

Además podréis ver dos reproducciones realistas del sistema circulatorio humano y las  esculturas de la Pudicizia velata (modestia velada) y el Disinganno (Desencanto).

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Nápoles se caracteriza por ser la ciudad a quien más santos venera. Y San Gaetano es uno de ellos.

Si la Piazza del Gesù Nuovo era la entrada al casco antiguo de la ciudad; la Piazza di San Gaetano es el punto donde los turistas suelen comenzar su recorrido. Se encuentra sobre lo que en su día fue el ágora grecorromana. Pero no sólo fue importante en la época clásica, en el siglo XVI se celebraron las bodas de Segismundo I de Polonia con Bona Sforza y aquí se celebraron las fiestas por la llegada de Carlos V a Nápoles.

En esta plaza se encuentra la Basílica di San Paolo Maggiore (aunque actualmente se encuentra en restauración y no está permitido visitarla), la estatua de San Cayetano, la entrada a la visita de la Nápoles subterránea y el comienzo de nuestra siguiente parada; la vía San Gregorio Armeno.

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La vía San Gregorio Armeno es una de las más famosas de la ciudad.

Aquí encontraréis cientos de belenes. Y os preguntaréis ¿por qué esto de los belenes justo en esta calle?

Durante la época clásica. en la actual Vía San Gregorio Armeno se encontraba un templo dedicado a la diosa Ceres; y era costumbre dejar en su honor estatuillas de madera y papel maché.

Tras recorrer la calle llegaréis a Port’ Alba, una antigua puerta de la ciudad de la ciudad; situada en el lado izquierdo del hemiciclo de la Piazza Dante. En los alrededores hay muchos puestos ambulantes de libros y librerías.

Il Duomo o catedral de Nápoles está dedicado a Santa María Assunta.

Es un templo gótico del siglo XIII espectacular. Lo primero que llamará vuestra atención es su altura, ya que alcanza los 50 metros.

La entrada es gratuita (con excepción del museo del tesoro de San Gennaro) y dentro encontraréis la capilla de Santa Restituta (con el baptisterio más antiguo de Oriente en su interior) y la capilla del tesoro de San Gennaro.

No hay visita a Nápoles que se precie que no incluya conocer las catacumbas de San Gennaro.

San Gennaro es el patrón de la ciudad, de ahí su importancia para los napolitanos.
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Nápoles tiene bajo sus pies tres catacumbas; las de San Gaudioso, las de San Severo y las más famosas, las de San Gennaro.

Todas se encuentran en el barrio de Rione Sanità, a los pies de la colina Capodimonte. Según nos contó nuestra guía, un barrio pobre, que durante mucho tiempo fue bastante conflictivo, pero que gracias a varias asociaciones está saliendo adelante. Un proyecto muy guay con el que podéis colaborar de forma muy sencilla: comprando las entradas a las catacumbas.

En mi caso, decidí elegir las más grandes y famosas: las catacumbas de San Gennaro.

Este lugar surgió por la necesidad de encontrar un lugar de enterramiento en época paleocristiana. Con la llegada de los cristianos necesitaron ampliar el espacio y se construyó además un lugar donde poder rezar en común.

En el siglo IV, San Gennaro, patrón de la ciudad, fue enterrado en estas catacumbas.

A partir de entonces se convirtieron en el lugar de entierro de obispos. De hecho hay varios tipos de enterramiento, dependiendo del estatus social del fallecido.
Actualmente no hay restos ya que se trasladaron para evitar que el lugar fuera insalubre y que hubiera más saqueos.

Durante una época se utilizaron como refugio anti bombardeos.

Como es mejor sacar las entradas con antelación, yo saqué mi entrada con Getyourguide e hice el tour en inglés.

Que Nápoles es una ciudad de castillos lo saben en toda Italia. Y yo feliz de descubrir cuantos más mejor.

Pero ¡ojo! Hay castillos y castillos. Nos acercamos a la que será la última visita del día. Al castillo más antiguo de toda la ciudad napolitana. Y uno de los que mejores vistas tiene; toda la bahía de Nápoles. ¡Así nadie puede resistirse a incluirlo en su ruta!

Y claro, una servidora que es curiosa como ella sola, tenía que conocerlo (aunque fuese desde su exterior).
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Lo bueno de esta visita es que la entrada es gratuita, y desde la parte superior las vistas inmejorables (incluso en épocas donde atardece pronto, dicen que se ve un atardecer espectacular). Lo «malo» es que cierra a las 18:30.

En su interior las salas están vacías y preparadas para albergar exposiciones temporales, por lo que no es una visita excesivamente cultural.

He dejado para el final el por qué de su nombre.

Se dice que Virgilio escondió un huevo mágico en sus cimientos. Según cuenta la leyenda, si este se perdía o rompía, la fortaleza sería destruida y la ciudad quedaría a merced de grandes catástrofes.

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El día llega a su fin pero no sin antes volver a pecar.

Y con lo ricas que están las pizzas en Nápoles, es un placer repetir menú. Me pregunto cuántas pizzas tienes que comer para llegar a cansarte de este plato tan sabroso.

En esta ocasión el restaurante elegido es La Lazzara, cerca de Vía Toledo, al comienzo del casco antiguo de la ciudad.

El restaurante es todo un espectáculo. Con el «capo» vigilando que todo está a su gusto, decidiendo a quién sienta primero en función a si te conoce o le has caído bien y un caos alrededor. Pero es sentarte y.. ¡ay, ay! En cuanto pruebas las pizzas de este restaurante se te olvidan los 10-15 minutos de espera.

Sus pizzas están hechas con masa de levadura larga, por lo que sientan genial aunque sea como cena. Además presumen de que su pizzero fue alumno del campeón mundial de año 2019, Salvatore Lionello.

Y como yo soy de las que repiten si algo me parece bueno, de nuevo pedí una margarita para terminar mi día napolitano.

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Como veis, visitar la caótica Nápoles es perfectamente posible. Obviamente siempre hay algo que se queda en el tintero, pero así queda esa espinita clavada para volver en alguna ocasión.

Una ciudad de contrastes. Con una cultura de lo más religiosa pero bien pagana y que mira a otro lado cuando de mafias y camorristas se trata. Que reza con igual devoción a la Virgen que a Maradona (que para eso anotó 115 goles en el año 91).

Una Nápoles gloriosa pero decadente. Una ciudad ingobernable, llena de pecados y altares donde pedir perdón a cada esquina. Odiosa pero irresistible. Una ciudad de fuego, pero con el agua a sus pies. Esta es la caótica Nápoles.

Y desde aquí os invito a no perdérosla. !Estoy segura de que no os dejará indiferentes!

¡MUCHAS GRACIAS POR LEERME!

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